En él se promueve la expansión artística y cultural en sus diversas manifestaciones (música, teatro, danza, pintura, escultura, literatura, cine, entre otras).

Fue en 1680, cuando la Catedral adquirió la grandiosidad cuyos vestigios podemos ver hoy. Según algunos historiadores, en sus catacumbas se encuentran los restos del Conquistador Don Pedro de Alvarado así también de otras personalidades de la época.

Fundado originalmente por un grupo de Monjas Clarisas procedentes de Puebla, Mexico en 1699. Su exterior esta finalmente decorado entre jardines y pasillos de arcos de medio punto. Se encuentra aún los vestigios de un hermoso convento.

Dentro de este templo se encuentra la tumba que guarda los restos del Santo Hermano Pedro de Betancour, quien en el periodo colonial realizó mucha labor caritativa de ayuda a los pobres, siéndole atribuidas cualidades milagrosas.

Su exquisita fachada de estilo barroco muestra un extraordinario trabajo ornamental realizado en estuco por manos guatemaltecas. En el interior del convento de la Orden Mercedaria se encuentra una de las fuentes más grandes de la Ciudad.

Inició su contrucción en 1739, como una iniciativa de la Orden de Mercedaria pero sin los permisos reales permitidos. En 1761, la escuela fue cerrada por el Rey Carlos III por la falta de los mismos; en 1765 el edificio fue utilizado para las oficinas de la Real Aduana, hoy se aprecia un hermoso jardín con la fuente tradicional de la época, rodeado de muros gruesos de roca con acabados de ladrillo que forman salones que hacen recordar el pasado.